Releyendo viejos mensajes

Estuve releyendo viejos mensajes. Mensajes que escribí y nunca llegaron a su destino. Mensajes que se quedaron aguardando en la memoria olvidada del ordenador. Renglones borrosos en sobres arrugados. Fechas estáticas que marcaron lo que quise decir a alguien aquel día y al final me quedé para mí mismo. Y para el recuerdo. Fechas del año 98, del 99. Fechas olvidadas del 2000.
Seguro que alguna vez tú has escrito también una carta, que no lanzaste a su destinatario. Mensajes importantes. «Las cosas que nunca se dicen, suelen ser las más importantes» Isabel Coixet. Aunque la importancia de las cosas se difumina tras los años.
Quizá tú también los hayas conservado después del tiempo.
He tenido una idea inspirada por la nostalgia, quizá una idea absurda: Lo que escribimos aquella vez, fue para ser leído, aunque un último impulso evitara esa posibilidad.
Cementerio de mensajes. De aquellos que no fueron enviados, o que si resultaron serlo pero no obtuvieron respuesta. Quizá mensajes sin destinatario aparente. O puede que mensajes que dieron algún fruto que ahora se ha perdido… Mensajes. Tus mensajes. Los míos. Los de él. Los de ella…
¿?