El hombre-cangrejo

El hombre-cangrejo

Como puso una vez un crío en un examen: los cangrejos son animales que avanzan retrocediendo.
Su futuro está siempre detrás; su mayor ilusión es estar entre las rocas o sumergido (en ese pasado que siempre fue mejor).
En el poema de Dante, se le dice a éste en las puertas del purgatorio que, si quería descubrir sus misterios, no debía nunca mirar hacia atrás.
Requisito fundamental entonces para no perderse en patatales que no llevan a ninguna parte: no mirar a lo que ya se ha hecho. No ser un hombre-cangrejo.
Pero esto no implica que no se pueda mirar hacia los lados para ver quién está también ahí, intentando abrirse paso entre las equivocaciones, contradicciones, dudas y perplejidades que nos rodean.
Para mí, la equivocación principal es no hacer caso de los que te acompañan, para bien o para mal.

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