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Mes: marzo 2004

Algo que compartir

Algo que compartir

Un descubrimiento, una creación, alcanzan mucho más valor cuando puedes compartirlo con alguien que lo entiende y lo aprecia.
En general uno hace las cosas por uno mismo. El artista en un principio crea su arte por y para sí mismo, el que lee un libro lo hace para sí, el que ve una película lo hace porque lo desea particularmente. Pero la satisfacción propia tiene un complemento perfecto que es el hecho de compartirla con alguien.
Puede ser cualquier cosa: un amanecer, una canción, una película, tu primer huevo frito sin quemar la cocina; algo que te llega al alma y te transmite una sensación tan intensa que te gustaría que alguien más la compartiera contigo.
Y si consigues conectar con ese alguien te sientes… doblemente bien, por ti y por esa otra persona.
Es lo que Anne Shirley denominaba espíritus afines. Sin embargo, es muy difícil encontrarlos, por eso debemos valorar y conservar los que podamos encontrar en la vida.
Es lo que sucede cuando leemos un libro especial, vemos una película especial, escuchamos una canción especial, que quieres que alguien más lo lea, vea o escuche, para intentar compartir ese sentimiento.

Ser

Ser

Ser otro (o ser de verdad por primera vez), ser mejor, ser persona, simplemente SER, cuesta un precio que con frecuencia pasa inadvertido a la mayor parte de las personas.
Esas mismas personas no saben que en realidad no hay alternativa. Por muchas vueltas que se den, al final se llega al mismo punto.
En el mar no hay encrucijadas.

La noche prometida

La noche prometida

Él le prometió una noche sobre el mar. Y ella contaba los días que faltaban con los dedos. Ella soñó las dunas bajo su espalda. Él encontró el modo de inventarle sábanas blancas y un ventanal a ese sueño. Lo importante era que el mar se escuchase entre las respiraciones contiguas. Dentro. Sobre. Bajo. Contra. Alrededor. Lo demás sobraba.

El espíritu de la ciudad

El espíritu de la ciudad

La película ‘Grand Canyon’ me ayudó a convencerme de que las ciudades tienen, todas ellas sin excepción, alma propia. Es una asunto sutil y en buena medida apenas perceptible. Pero yo trato de leer siempre en su alma cuando llego a una ciudad. El asunto de que nos despierta o no amor ese alma es algo independiente de su fealdad o de su belleza y, por eso mismo, las ciudades acaban enamorándonos o no según su corazón se comunique con el nuestro. Probablemente son sus habitantes quienes trazan, a lo largo de distintas generaciones, el carácter de una ciudad. Pero al cabo de los años o de los siglos, sucede que la ciudad acaba por impregnar a sus habitantes de su ser, los hace suyos. En todo caso, nos pasa con las ciudades como con los seres humanos del otro sexo: los hombres podemos enamorarnos de una mujer, o viceversa, aunque a esa persona se la tenga por fea y, al contrario, quedarnos fríos ante alguien de una hermosura deslumbrante. ¿Un olor, el tacto, su mirada, la forma de sonreír…? Quién lo sabe.
Para mí una de las ciudades que me transmite sentimientos gratos es Roma. Roma es más imperial que santa, por más que la habiten los papas, e incluso incita a los pecados veniales. Por supuesto, es una de las ciudades más romántica que conozco.

La mendiga

La mendiga

La mendiga bajaba siempre a la misma hora y se situaba en el mismo tramo de la escalinata, con la misma enigmática expresión de filósofo del siglo diecinueve. Como era habitual, colocaba frente a ella su platillo de porcelana de Sèvres pero no pedía nada a los viandantes. Tampoco tocaba quena ni violín, o sea que desafinaba brutalmente como los otros mendigos de la zona.
A veces abría su bolsón de lona remendada y extraía algún libro de Hölderlin o de Kierkegaard o de Hegel y se concentraba en su lectura sin gafas.
Curiosamente, los que pasaban le iban dejando monedas o billetes y hasta algún cheque al portador, no se sabe si en reconocimiento a su afinado silencio o sencillamente porque comprendían que la pobre se había equivocado de época.

Un microcuento de Mario Benedetti.

Un póster de Rita Hayworth

Un póster de Rita Hayworth

Amanece y es primavera, la vida se llena de luz, las mujeres hermosas salen a la calle con menos ropa y más sonrisas, hasta parece que se respira mejor. Uno también despierta con cierta alegría. Sin motivo alguno deseo salir, tomar el sol, reír con los amigos.

Andy Dufresne tenía en la prisión de Shawshank un póster de Rita Hayworth (véase la peli ‘Cadena perpetua’). El póster que Red le había conseguido, era aparentemente inofensivo, una foto de una mujer hermosa para evadirse de lo que vivía en aquella cárcel.

Yo ahora abro los ojos desde la cama y veo las luces del norte. Un lindo paisaje lapón, multitud de árboles y alguna estrella bajo una increíble aurora boreal azul verdosa que hace que el cielo no parezca real, y sé que no me acostumbraré a verla, y que cada mañana, medio dormido me recordará mi sueño y me hará sonreír.

Andy Dufresne a través de un póster de Rita Hayworth recuperó la libertad y volvió a sentir la lluvia en la cara. Ojalá pudiera hacer lo mismo con mis luces del norte, escapar de estas cuatro paredes, pero estoy un poco más cerca.

Dos corazones

Dos corazones

Santiago tiene dos corazones, con uno late y con el otro palpita. Con uno sueña y con el otro vive. Pero con ambos se enamora y siempre a destiempo. No alcanza a completar el deseo con uno, que el otro despierta acelerado y el primero inevitablemente se apaga. Cansado de amores a medias, Santiago busca una mujer que le rompa el corazón justo a tiempo. Solo así se hallará completo.

Deshielo primaveral

Deshielo primaveral

Ya huele a primavera je, je… estoy deseando disfrutar de esa estación. Ya sabes lo que ocurre en primavera: empieza el deshielo (en sentido figurado, claro). Las tiendas de ropa empiezan a cambiar su muestrario de prendas de vestir de invierno a ropa de más colorido, como es la de primavera. Hay más gente paseando por las calles, animadas, sin duda, por la aplacible temperatura y los minutos extras de luz solar. Es hora de ir planificando las vacaciones de verano, de ir guardando los abrigos en los armarios para cambiarlos por chaquetas y jerseyes más livianos. El talante de las personas cambia hacia un optimismo más positivo. Es una forma de ver las cosas pero, éste es un periodo en el que salimos del cascarón del invierno y despertamos a otra consciencia de nuestro mundo: ahora vendrá el calor, amanece más temprano, hay luz hasta más tarde y los corazones funcionan a mayor velocidad, las Fallas de Valencia, el fuego, el ardor…

¿Por qué te cuento esto? Hace algunos días vi un magnífico episodio de mi serie favorita ‘Northern Exposure’, Spring Break. Es el del deshielo, cuando a todos les da por comportarse de forma extraña. Todo el episodio va, entre otras cosas, de los deseos reprimidos, de ese otro yo que llevamos dentro y al que no dejamos salir. Pero al final sale, vaya sí lo hace. De nosotros depende elegir de qué manera lo va a hacer.
Todo acaba con la carrera del toro, esa en la que corren desnudos por la calle principal del pueblo mientras una voz suave y majestuosa canta: ‘¿Qué pasaría si todos nos volviéramos locos?’ …

Los árboles son seres alegres

Los árboles son seres alegres

 

Va a dar comienzo la primavera. Y es que a partir de ahora es probable que la predicción meteorológica pronostique días de mucho colorido.
Esta mañana, mientras paseaba, me quedé extasiado por el colorido floral que presentaba algunos árboles de la plaza que tengo delante de mi casa. Será porque me crié entre bosques, pero a mí me fascinan los árboles. Fue de bien pequeño cuando los árboles comenzaron a convertirse para mí en seres vivos, en criaturas reales que respiraban, que olían, que parecían sonreír después de los chaparrones y que, en cierta manera, ofrecían al vagabundo una cierta complicidad. Porque eso aprendí: que el árbol es uno de los más grandes y discretos amigos de los hombres. Nos protegen del sol y de la lluvia, pero además comunican una sensación de placidez. En su imponente quietud, son serenos, seguros de sí. Y parecen guardar una sabiduría honda sobre la vida que a los humanos se nos niega, como si supieran mejor que ninguna otra criatura qué es eso de nacer, permanecer en un lugar y luego morir. Llegué a pensar, cuando comencé a conocerlos, que esa sabiduría los hace alegres. Y hoy, no tengo ninguna duda de que los árboles son seres alegres.
Es más, la mayoría de los hombres, allá donde vayan, los quieren y los respetan íntimamente. En cierto modo, quienes los conocen bien, los consideran compañeros inseparables en el gran viaje de la vida hacia la muerte. Por ello, cuando leo en los periódicos alguna noticia sobre talas masivas de árboles en los bosques vírgenes, siento casi el dolor que me acomete cuando oigo hablar de matanzas de seres humanos. Y la vista de esos grandes camiones que transportan por carretera cientos de troncos de árboles cortados y desprovistos de hojas y de ramas, me produce un cierto escalofrío.

Pensamientos felinos

Pensamientos felinos

Algunos de los mejores pensamientos felinos escritos by Perich.

-Lo mejor de dormir es que te permite soñar que estás durmiendo.
-Claro que me gusta salir de noche. Dormir todo el día me quita el sueño.
-El cielo es un armario medio abierto lleno de jerseis suaves.
-Lo malo de que nos guste tanto comer es… ¡¡Qué nos quita horas de sueño!! (Las que dedicamos a comer).
-Ya se que es un sitio cómodo, pero… ¡No soporto que me pongan ellos! (Así que me dejen me iré).
-Llevo toda la mañana durmiendo aquí… El problema ahora es buscar un sitio donde dormir toda la tarde.
-¡El mejor mueble del mundo! EL SILLÓN. Sirve para dormir y para arañar. (Dos placeres).
-Lo mejor de dormir es que te permite soñar que estás durmiendo.
-Sólo hay algo más cómodo que dormir sobre una cama: ¡Dormir sobre un jersey que esté sobre la cama!
-Llevo un rato mirando esta pared… Me iré a mirar otra.
-Tigres, Leones, Panteras, Elefantes, Osos, Perros, Focas, Delfines, Caballos, Camellos, Chimpancés, Gorilas, Conejos, Pulgas, etc. ¡Todos han pasado por ello!… Los únicos que nunca hemos hecho el gilipolla en el circo… ¡SOMOS LOS GATOS!
-Los gatos somos los Humphrey Bogart de los animales: «Aparentemente fríos, duros e independientes. ¡Pero en el fondo, capaces de amar locamente!»
-Por el picaporte se abren las puertas… o sea, has de mirarlo fijamente y esperar que alguien venga a abrirla.
-Te pasas media hora pidiendo un poco de lo que están comiendo… y cuando por fin te lo dan, ¡No te gusta!
-Si quieren llevar a alguien atado a un collar, ¿Por qué no se compran un perro?
-Claro que me gusta salir de noche. Dormir todo el día me quita el sueño
-Me gusta que les guste la televisión. ¡Así está calentita!
-Los gatos amamos la Navidad. ¡Hay cajas de regalos en las que meterse!
-La ventaja que tienen las alfombras… es que puedes estar encima y puedes estar debajo.
-Jamás permitiría que me hicieran una foto para un calendario cuando estoy en mi cajón de arena.
-Te pasas la vida ignorándolos… y así que te rascan un poquito… ¡Te sale ese ronroneo incontrolable!
-Cuando hay una reunión, es preciso vigilar… observar. Descubrir quién teme a los gatos. Es sobre el que te has de poner.
-¡Pobres perros! ¡Condenados toda la vida a ver las cosas a ras de suelo!
-¡Las mujeres! ¡Qué maravilla! ¡Medias para destrozar!
-Es difícil explicar el atractivo que tiene meterse dentro de un cesto… ¡Pero lo tiene!
-No me pregunten por qué… ¡No lo sé! ¡Pero me gusta refregarme en ellos!
-Te alimentan, te acarician, te arrullan… No te piden casi nada… No son mala gente… Puedes permitir que se crean tus amos.
-¿Qué mayor prueba de amor que colocarse encima de lo que están leyendo?
-Lo bueno de aprender cómo te llamas es poder saber cuándo te llaman… ¡Y no ir!
-Una de las ventajas de ser gato, ¡es que sabes seguro cuándo hay plan con una gata!
-¡Adoro el teléfono! (Especialmente cuando suena a media comida y se levantan de la mesa a contestar).
-¿Qué se puede esperar de un mundo en el que tu comida preferida tiene alas?
-Hay una diferencia… Los perros aman a su amos… y los gatos son amados por sus amos.