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Año: 2012

500 days of summer / Sweet disposition

500 days of summer / Sweet disposition

‘Si Tom había aprendido algo era que no se podía atribuir una importancia cósmica a un simple acontecimiento terrenal. Casualidad. A eso se reduce todo. Nada más que casualidad…
Tom por fin había aprendido que no existían los milagros. Que no existía el destino. Que nada está predestinado. Lo sabía. Ahora estaba seguro de ello’.

~ 500 days of summer (500 días con ella)

Garden State

Garden State

«- ¿Sabes ese momento en el que te das cuenta que la casa en la que has vivido ya no es tu casa? De repente, aunque tengas un sitio donde poner tus cosas, la idea de casa desaparece.
– Yo aun me siento a gusto en mi casa.
– Un día cuando te vayas te pasará, y ya no habra vuelta atrás. Ya no lo recuperarás jamás. Es como sentir nostalgia de un sitio que ya no existe. Tal vez sea ley de vida, ¿no crees? Y no volverás a sentir lo mismo hasta que crees tu propio hogar, para ti, para tus hijos, para la familia que formes. Es como un ciclo. No sé, yo lo echo de menos, ¿entiendes?… A lo mejor eso es una familia. Unas personas que echan de menos el mismo lugar imaginario».

~ Garden State (‘Algo en común’)

Una flor amarilla

Una flor amarilla

(…) —Estaba al borde de un cantero, una flor amarilla cualquiera. Me había detenido a encender un cigarrillo y me distraje mirándola. Fue un poco como si también la flor me mirara, esos contactos, a veces… Usted sabe, cualquiera los siente, eso que llaman la belleza. Justamente eso, la flor era bella, era una lindísima flor. Y yo estaba condenado, yo me iba a morir un día para siempre. La flor era hermosa, siempre habría flores para los hombres futuros. De golpe comprendí la nada, eso que había creído la paz, el término de la cadena. Yo me iba a morir y Luc ya estaba muerto, no habría nunca más una flor para alguien como nosotros, no habría nada, no habría absolutamente nada, y la nada era eso, que no hubiera nunca más una flor. El fósforo encendido me abrasó los dedos. En la plaza salté a un autobús que iba a cualquier lado y me puse absurdamente a mirar, a mirar todo lo que se veía en la calle y todo lo que había en el autobús. Cuando llegamos al término mino, bajé y subí a otro autobús que llevaba a los suburbios. Toda la tarde, hasta entrada la noche, subí y bajé de los autobuses pensando en la flor y en Luc, buscando entre los pasajeros a alguien que se pareciera a Luc, a alguien que se pareciera a mí o a Luc, a alguien que pudiera ser yo otra vez, a alguien a quien mirar sabiendo que era yo, y luego dejarlo irse sin decirle nada, casi protegiéndolo para que siguiera por su pobre vida estúpida, su imbécil vida fracasada hacia otra imbécil vida fracasada hacia otra imbécil vida fracasada hacia otra…

~ Julio Cortázar extracto de ‘Una flor amarilla’

floramarilla