Verdes regueros
Verdes regueros del río pausado,
un susurro que encierra la belleza,
se desliza en la tarde, enamorado,
y tu risa despierta la tibieza,
eco tenue que el agua ha resguardado.
Hay dulzura en tu voz, casi un canto,
que en el viento se filtra, tan suave,
y detiene el instante, ese encanto
que mis manos buscaron sin clave.
En tus ojos la luz se hace nave,
un milagro que al alma enriquece.
Verdes regueros. El río no cesa.
En su espejo te miro… y amanece.