El camino de Nakasendō

El camino de Nakasendō

El Nakasendō (中山道), literalmente “el camino por las montañas” y también conocido como Kisokaidō, fue una de las cinco grandes rutas del periodo Edo. Unía el puente de Nihonbashi en Edo (actual Tokio) con el Sanjō Ōhashi de Kioto, a lo largo de unos 534 kilómetros y 69 estaciones o shukuba (postas). Hoy, muchos tramos siguen vivos entre pueblos de madera, bosques de cedros y campos de arroz, especialmente en el pintoresco valle de Kiso.
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Inmediaciones: montañas, valles y puertos históricos

La ruta recorre el corazón de Honshū, atravesando prefecturas como Nagano y Gifu, y cruza pasos célebres como Usui-tōge, que conecta Karuizawa con Yokokawa, y Wada-tōge, uno de los puertos más exigentes del antiguo camino. El paisaje alterna bosques de criptomerias, gargantas escarpadas y pueblos-mercado como Magome, Tsumago o Narai. En el valle de Kiso, el sendero se encaja entre las montañas de los llamados Alpes Centrales, ofreciendo vistas limpias en los días claros y tramos sombreados que resultan agradables incluso en pleno verano.

Historia: lo que supuso para Japón

A comienzos del siglo XVII, el shogunato Tokugawa organizó el país mediante las Gokaidō, las Cinco Vías. El Nakasendō, al discurrir por el interior, servía de alternativa al costero Tōkaidō y desempeñaba un papel esencial en el comercio, el flujo de información y el control político. Fue además pieza clave en el sistema del sankin-kōtai, la residencia alterna que obligaba a los daimyō a viajar con sus séquitos entre sus dominios y Edo, lo que generaba riqueza en cada posta y garantizaba la lealtad al shōgun.
Las postas ofrecían honjin (alojamiento principal para autoridades) y waki-honjin (segundo en importancia), además de mesones, establos y almacenes. También existían estrictos puestos de control, como el de Kiso-Fukushima, que vigilaban los desplazamientos de personas y mercancías.
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Arqueología viva del camino

A lo largo del Nakasendō aún se reconocen piezas materiales de la red viaria del Edo:

  • Ichirizuka: túmulos gemelos que señalaban cada ri (unos 3,9 km). Plantados con árboles, servían para medir distancias y calcular peajes. Muchos se han preservado como patrimonio histórico.
    japantoday.com
  • Kōsatsu-ba: tablones de anuncios oficiales donde se promulgaban edictos. En varios pueblos del Kiso se conservan o se han reconstruido en sus emplazamientos originales.
    japan.travel · japan-guide.com
  • Honjin y Waki-honjin: en Tsumago-juku es posible visitar la Waki-Honjin Okuya, hoy convertida en museo, y la Honjin reconstruida, que muestran arquitectura, mobiliario y costumbres de la época.
    mlit.go.jp

A esto se suman calzadas empedradas, mojones de piedra y senderos que atraviesan bosques. En el tramo de Magome a Tsumago incluso sobreviven casas de té tradicionales, como la de Ichikokutei, atendidas por voluntarios locales.

Cómo preparar el camino hoy

No es necesario recorrer los más de 500 km para disfrutar del Nakasendō. La mayoría de viajeros opta por etapas de 6 a 18 km entre postas históricas. Algunos consejos prácticos:

  • Mejor época: primavera (marzo a junio) y otoño (septiembre a noviembre), cuando el clima es suave y el follaje espectacular. En verano hace calor y llueve más; en invierno, los puertos pueden cubrirse de nieve y hielo.
  • Equipo: calzado de trekking con buena suela, chubasquero ligero, gorra y agua. En el bosque no siempre hay máquinas expendedoras o fuentes.
  • Señalización y mapas: los tramos más transitados cuentan con paneles bilingües, pero conviene llevar un mapa o aplicación offline.
  • Alojamiento: lo ideal es reservar en ryokan o minshuku, que suelen incluir cena y desayuno. Una vez cae la tarde, las opciones para cenar fuera son muy limitadas.
  • Envío de equipaje: entre Magome y Tsumago existe un servicio de transporte de mochilas (de marzo a noviembre), muy cómodo para caminar ligero.
  • Etapas clásicas: el tramo Magome–Tsumago (unos 8 km, 2–3 horas) es el más famoso. También destaca Yabuhara–Torii-tōge–Narai (6–8,5 km), que combina bosque, cascadas, empedrado y caseríos con desniveles moderados.

De dónde sale y adónde llega (y cómo acceder)

El itinerario histórico comienza en Nihonbashi, en Tokio, y finaliza en Sanjō Ōhashi, en Kioto. Para quienes buscan las secciones más escénicas, lo habitual es acceder al valle de Kiso en la línea JR Chūō (Nagoya–Nakatsugawa–Nagiso–Kiso-Fukushima–Shiojiri) y desde allí enlazar con autobuses locales hacia Magome o Tsumago. Otros prefieren iniciar su caminata en los antiguos pasos de montaña, como Usui-tōge, accesible desde Karuizawa o Yokokawa.

El Nakasendō no es solo un itinerario de senderismo: es un corredor histórico donde se tejieron la política, la economía y la vida cotidiana de Japón durante siglos. Caminarlo hoy equivale a leer un documento abierto: postas conservadas, tablones de edictos, museos en antiguas posadas y calzadas de piedra que todavía marcan el paso. Preparar una etapa es suficiente para sentir que se cruza un puente entre épocas… y seguramente, para desear volver y recorrer la siguiente.

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