Todos los atardeceres

Todos los atardeceres

Se veía en la orilla del lago, todos los atardeceres. A él le decían que no se fiara de las mujeres del agua. A ella le prohibían el trato con los humanos. No hablaban. Se observaban a distancia; ella se peinaba, él dejaba beber a su caballo. Luego cada cual se iba por su lado, incapaces de desobedecer a sus familias.

~ Espido Freire, de Cuentos Malvados

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