Silencio-persiana

Silencio-persiana

Por las rendijas del silencio persiana se escurren los sonidos de la gente de afuera.
Si cierras los ojos y te quedas muy calladito, eres capaz de escuchar corazones con alas, recuerdos con zapatos y miradas de cartón. Ausencias daltónicas, brisas que sueñan con ser viento y frío de soledad.
El silencio persiana se rompe gritando.
Grité cuando lloraba, no me di cuenta.
Y nacieron las palabras semilla.

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