Susurros del horizonte
En la lejanía, Alejandría murmura su nombre,
dibujando en el mar un sendero de sueños.
El tiempo se esfuma, deshaciéndose en olas,
y en la quietud del crepúsculo, un recuerdo despierta.
El mar, fiel testigo, guarda historias errantes,
mientras la ciudad, en su fulgor, nos llama a soñar.
Un viaje sin rumbo se disuelve en el cielo,
y su eco, a media voz, se enreda en la brisa.