Bossa Nova

Bossa Nova

 

Es curioso observar como hay magia en los rincones más insospechados. En las cosas más pequeñas… y en las grandes grandes… y hay momentos que cuando los vives sabes que van a ser especiales y otros que son aparentemente normales y con la distancia sabes que nunca olvidarás.
Una canica, una foto juntando las cabezas, una estrella o unos zapatos junto a la ventana son pura magia. Y no quiero pecar de nostálgico.
No hace falta repetir que es mejor ser alegre que estar triste: la alegría es la mejor cosa que existe. A pesar de ello muchas de las canciones que nos gustan tienen un algo melancólico, quizá porque para hacer música con belleza es preciso un poco de tristeza, y la buena música transmite tristeza que tiene la esperanza de no serlo más. Este descubrimiento fundacional tuvo lugar el día que la samba se hizo canción, nació la bossa nova y el mundo entero encontró la belleza fácil del país más musical.
Hay bossa para leer sentado, quizá abrazado a una guitarra, como Samba da Bençao. Música para escuchar de rodillas o para que Paul Winter despierte mañana a la familia.

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