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Categoría: Literatura

Jeff VanderMeer · Trilogía Southern Reach

Jeff VanderMeer · Trilogía Southern Reach

Tengo ganas de echarle el guante a este ebook…
En un futuro no determinado, el Área X es un lugar remoto y escondido declarado zona de desastre ambiental desde hace décadas. La naturaleza salvaje ha conquistado el lugar y su acceso está prohibido. La agencia estatal Southern Reach ha enviado diversas expediciones pero casi siempre han fracasado: todos los miembros de un a expedición se suicidaron; otros enloquecieron y acabaron matándose entre sí, y los integrantes de la última expedición regresaron convertidos en sombras de lo que un día fueron. Ésta es la expedición número doce. El grupo está compuesto por cuatro mujeres: una antropóloga, una topógrafa, una psicóloga y la narradora, una bióloga. Su misión es cartografiar el terreno y recolectar muestras, anotar todas sus observaciones tanto de su entorno como de sus compañeras. Pronto descubren una gran anomalía geográfica y formas de vida más allá de todo entendimiento. Mientras se enfrentan a una naturaleza tan bella como claustrofóbica, el pasado y los secretos con los que cruzaron la frontera se vuelven cada vez más amenazantes. Aniquilación es el primer volumen de la Trilogía Southern Reach, una serie que crea un mundo como nunca has imaginado y que nos enfrenta al extraño que se esconde dentro de nosotros mismos.

La verdad es efímera

La verdad es efímera

Se dice que Rubén Darío memorizó todo el diccionario español; que Víctor Hugo tenía como único ejercicio físico escribir parado; que Dylan Thomas escribió tres preciosos versos que no los entendía ni su madre; que los poemas de amor de Pablo Neruda jamás conocieron correcciones ni borradores; que García Márquez escribía interminables cartas a su inexistente amada o a su señora madre sólo para encontrar inspiración; que las obras de William Shakespeare fueron atribuidas a más de veinte personas, entre ellas, la reina Isabel; que Juan Rulfo habitaba los cementerios robando el nombre a las lápidas para ponerlas a sus personajes; que la sola imagen de una niña con los pantalones embarrados desencadenó ‘El Sonido y la Furia’ de William Faulkner; y que el más grande escritor Latinoamericano jamás existió, que un actor italiano lo caracterizaba y hoy sólo leemos los escritos trabajados por un grupo de eruditos, quienes firman con el nombre: ‘Jorge Luis Borges’.
Y recuerda que la verdad es efímera…

Las tres palabras más extrañas

Las tres palabras más extrañas

Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.

– Wislawa Szymborska.

Una flor amarilla

Una flor amarilla

(…) —Estaba al borde de un cantero, una flor amarilla cualquiera. Me había detenido a encender un cigarrillo y me distraje mirándola. Fue un poco como si también la flor me mirara, esos contactos, a veces… Usted sabe, cualquiera los siente, eso que llaman la belleza. Justamente eso, la flor era bella, era una lindísima flor. Y yo estaba condenado, yo me iba a morir un día para siempre. La flor era hermosa, siempre habría flores para los hombres futuros. De golpe comprendí la nada, eso que había creído la paz, el término de la cadena. Yo me iba a morir y Luc ya estaba muerto, no habría nunca más una flor para alguien como nosotros, no habría nada, no habría absolutamente nada, y la nada era eso, que no hubiera nunca más una flor. El fósforo encendido me abrasó los dedos. En la plaza salté a un autobús que iba a cualquier lado y me puse absurdamente a mirar, a mirar todo lo que se veía en la calle y todo lo que había en el autobús. Cuando llegamos al término mino, bajé y subí a otro autobús que llevaba a los suburbios. Toda la tarde, hasta entrada la noche, subí y bajé de los autobuses pensando en la flor y en Luc, buscando entre los pasajeros a alguien que se pareciera a Luc, a alguien que se pareciera a mí o a Luc, a alguien que pudiera ser yo otra vez, a alguien a quien mirar sabiendo que era yo, y luego dejarlo irse sin decirle nada, casi protegiéndolo para que siguiera por su pobre vida estúpida, su imbécil vida fracasada hacia otra imbécil vida fracasada hacia otra imbécil vida fracasada hacia otra…

~ Julio Cortázar extracto de ‘Una flor amarilla’

floramarilla