Sombra que desciende
Desciendes, sombra leve, por la escalera,
cruzas el estanque donde duerme la gloria.
La mirada del otro —guardián de mi espera—
te sigue, eco fiel que no sabe de historia.
La fuente murmura su antigua letanía,
un canto que traza tu huella en la bruma.
No hablas; mas tu silencio, al rozar el día,
me nombra, y la noche en su luz se rezuma.